jueves, 23 de junio de 2011

habitación 33






Barrilete. Soy un barrilete. El viento en el pecho hace que te vea cada vez más chiquita. Tengo miedo que se corte el hilo. Una nube te desaparece. Ya no te veo. Hace frío. Me resquebrajo. No tengo manos para sostener los pedacitos que se me escapan. No tengo voz para gritar ayuda, todo se vacía, me vacío, me quedo quieto. Abro los ojos. Estoy temblando otra vez, como anoche, bajo un techo infinito. Sin lluvia y sin vos. Sobre un lecho de arena que una vez fuera tiempo. Con un reloj sin agujas, y una aguja que no me para de gotear.

2 comentarios:

Lorena dijo...

Después de pasar por la habitación 33, salimos transformados y si pudimos evolucionar hemos dado el salto cualitativo más significativo de nuestro devenir existencial... para no acallar nada mas, para no perder nada mas que no tengamos que perder, para que el tiempo sea un dato de la realidad cotidiana, que pierde existencia y poder en nuestros corazones. besos!

Alejh Boclaud dijo...

Hermosa y profunda tu reflexión Lore! Un beso y gracias!